John Birks Gillespie, fue el menor de los nueve hijos de una familia donde su padre, albañil de profesión, tocaba el piano en una orquesta de aficionados. Su primer instrumento fue el trombón pero desistió pronto dada la corta longitud de sus brazos, lo que le impedía alcanzar todas las notas. A los catorce años empezó a practicar con una trompeta de un vecino y su afición por el que sería el instrumento donde paso a la gran historia del jazz comenzó en serio hasta conseguir una beca para estudiar armonía y teoría musical en el Laurinburg Institute de Carolina del Norte. Tras instalarse su familia en Filadelfia en 1935, obtuvo un puesto en la orquesta de Frank Fairfax, donde por aquel tiempo tocaba el dotado trompetista, Charlie Shavers, quien compartía trío además con un ídolo del propio Gillespie: Roy Eldridge.
Como tantos otros jóvenes, Gillespie se fue a New York y allí conectó con la orquesta de Teddy Hill, y en una sesión de pruebas de la orquesta, y dado su carácter alocado, Hill le puso el sobrenombre que ya nunca le abandonaría de por vida y por el que sería conocido en la historia del jazz "Dizzy" que quería decir "alocado"· Su estreno con la orquesta de Teddy Hill, consistió en una gira europea en 1937 y allí ejecutó su primer solo en el tema "King Porter Stomp" dando pruebas en aquel entonces, de una gran inmadurez musical. A su regreso a New York, la banda firmo un contrato en la famosa sala "Savoy Ballrom" y las cosas comenzaron a ir mejor, sobre todo con la inclusión en la banda del batería, Kenny Clarke.
Es en 1939, cuando Dizzy tiene su primer encuentro jazzistico con auténticos pesos pesados del jazz, como el vibrafonista, Lionel Hamptom, el saxo alto, Benny Carter, y tres formidables saxos tenores: Coleman Hawkins, Ben Webster y Chu Berry. El resultado fue que su estilo llamó la tensión de aquellos músicos que le pronosticaron un futuro prometedor. Al tiempo, su jefe, fue nombrado manager del célebre club "Myntons Playhouse", localizado en los bajos del Hotel Cecil en la calle 118 Oeste de Harlem. Un hecho que más adelante cobraría un enorme significado, en la historia de Dizzy y en la del jazz.
Recomendado por el trompetista cubano, Mario Bauzá, Gillespie entró a formar parte de la orquesta de Cab Calloway donde nunca se encontró a gusto dado el estilo de música que hacia el excéntrico showman. Pero el hecho que le cambió la vida y la música a Gillespie, fue el primer encuentro con el saxo alto, Charlie Parker, su autentico "alter ego". Tuvo lugar en Kansas City, cuando ambos pasaron a formar parte de la banda de Earl Hines, a principios de 1943. Allí empezaron a elaborar música de gran calidad y con una estética muy próxima a lo que muy pronto se llamaría bebop. En 1944, la Calle 52 de New York, se había convertido en la Meca del jazz, y en menos de dos manzanas, había nueve club que ofrecían música de alto nivel y además el Minton's, seguía en pleno auge, celebrando históricas jam session, animadas por el grupo del batería, Kenny Clarke, el saxofonista, Don Byas, el pianista, Thelonius Monk y cómo no, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, que venían desarrollando el nuevo idioma musical.
Al tiempo que el bebop germinaba en los sótanos de Harlem, el que fuera vocalista en la orquesta de Earl Hines, Billy Eckstines, se lanza a la aventura de lanzar su propia orquesta y la convierte en la primera bigband del bebop. Dizzy fue su director musical y en ella se encontraban algunos de los jóvenes valores del momento: Charlie Parker al saxo alto, la cantante Sarah Vaughan, el saxo tenor, Gene Ammons, el batería, Art Blakey, etc. La orquesta de Eckstine era el laboratorio ideal para los boppers en busca de trabajo pero pronto Dizzy la abandonó en busca de aventuras musicales más reducidas. Así forma un cuarteto con el contrabajista, Oscar Petifford, para cumplir un contrato en el club "Onyx" y en aquélla época, justo en 1945, Gillespie estaba consolidándose como la estrella del nuevo movimiento musical. Dizzy era de ideas fijas y siempre tuvo entre cejas la idea de formar su propia orquesta que formó en 1946 con la ayuda de varios músicos que creían en su proyecto. En 1947, la revista "Metronome" le nombró mejor trompetista del año, por delante de su ídolo, Eldridge y la RCA le ofreció un sustancioso contrato. Por aquélla época y dada la afición de Dizzy por los ritmos caribeños, llevó a su banda por aquellos derroteros grabando entre otros grandes éxitos, el celebérrimo "Manteca".
Se va a Europa de gira en 1948 y a la vuelta es asesinado en Harlem su percusionista, Chano Pozo. Disolvió la banda en 1950 y sus pasos se dirigen hacía las grabaciones en estudio con Charlie Parker, Bud Powell, Monk y otros músicos afines grabando una serie de discos magníficos. En 1953 participa en Toronto en el conocido concierto del siglo en el Massey Hall junto a las grandes estrellas del bebop, Charlie Mingus incluido, que grabaría aquélla histórica sesión para su recién inaugurado sello "Debut". Actúa en el primer festival de Newport, imparte enseñanzas en la "Lenox Shool of Music". Las giras con la JATP de Norman Granz, se suceden y en 1956, el Departamento de Estado, le confía la labor de actuar como embajador musical de los EE.UU. por Oriente Medio, Grecia, Yugoslavia y finalmente Sudamérica en una banda formada expresamente para la ocasión y en que Quincy Jones y Norman Granz, le ayudan a organizarla hasta el punto de que alguna vez declaró que aquélla banda fue la mejor que tuvo.
Los sesenta y la bossa nova también llamaron la atención de Dizzy que incluiría algún tema en su repertorio. En los setenta forma parte de los "Giants of Jazz" formación estelar reunida por el productor, George Wein, para una serie de giras. Su actividad fue decayendo con los años pero todavía tuvo tiempo de grabar en 1989 un interesante disco a dúo con el batería, Max Roach, en un concierto en Paris. Dizzy Gillespie, murió en 1993 y con su muerte se perdió a un inigualable instrumentista que con una destreza superlativa, consiguió personalizar un fraseo cargado de arabescos y apoyado en la que fue una nueva forma de enfocar la armonía. De su pluma han salido temas tan famosos como "Salt Peanuts"; "Groovin' High"; "Be-Bop"; "A Night in Tunisia" y muchísimas otras extraordinarias composiciones que han dado larga gloria al jazz. Dizzy Gillespie hizo y hace feliz a mucha gente con su música.
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